lunes, 26 de septiembre de 2011

Chiste 2

Una pareja tenía 20 años de casados y durante todo ese tiempo cada vez que iban a hacer el amor, él apagaba las luces. La mujer pensaba todos los días como romper este loco habito de su marido.

Una noche, cuando estaban en medio del acto, ella encendió las luces de la habitación. Miró hacia abajo y vió a su marido sosteniendo un consolador.

Ella quedó completamente impactada al ver lo que ocurría.

"¿Tú impotente? ¿Cómo pudiste engañarme por todos estos años? ¡Exijo una explicación!"

El esposo la mira directamente a los ojos y dice:

"Yo te explico lo del consolador si tú me explicas por qué tenemos tres hijos."



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domingo, 25 de septiembre de 2011

Chiste 1

Están dos amigos hablando y uno le comenta al otro la suerte que tiene últimamente su mujer:

- Es una reventada, ¡qué suerte tiene! Anoche, salió a dejar la basura y se encontró, junto al contenedor, dentro de una caja, un abrigo de visón justo de su talla y, sorpréndete, ¡con sus iniciales bordadas en el interior! ¡Ah. y eso no es todo! La semana pasada, al comprar una bolsa de patatas en el supermercado, le tocó un collar de perlas naturales precioso y la anterior, paseando, se encontró un conjunto de zapatos y bolso de piel precioso. ¡Ah. y fíjate que los zapatos eran de su talla
- Pues sí que es suerte, sí. - contesta el amigo, mosqueado - ¿Y tú, cómo estás de suerte?
- Bueno, tengo suerte, pero no tanta como ella. Ayer mismo, abrí una gaveta del armario y me encontré un pijama, pero ¿Te puedes creer que me quedaba grande?





domingo, 18 de septiembre de 2011

Pueblo de Cultos - Capítulo 19

Jhon y Eduardo llevaban cierto tiempo avanzando lentamente a través del bosque. McSerius preguntó a su compañero:

-¿Cómo dijiste que se llamaba tu amiga?
-Eule, excelente adivina. Quizá te asuste un poco, pero te agradará. Es una gran mujer, o al menos solía serlo.

Gutierrez terminó la frase con dificultad, luego se detuvo unos momentos para respirar profundamente. En las horas que llevaban caminando, no era la primera vez que se mostraba exhausto. Jhon notó ese detalle y se atrevió a preguntarle:

-¿Qué te sucede?

Eduardo le observó por unos segundos, decidiendo si responder o no. Finalmente se llevó las manos a la camisa y se la desabrochó. Su pecho mostraba una pequeña herida, prácticamente camuflada entre miles de tatuajes, pero que se distinguía por su inflamación.

-Esta es una herida de bala. Me dispararon hace poco, mientras regresaba al pueblo.
-Demonios. Se ve muy delicada aún...
-Es que para cuando escapé del hospital no habían terminado de tratarla. Aunque está mucho mejor de lo que parece. El problema es que no me han permitido reposar.
-¿Te escapaste de un hospital? ¿Porqué?

Eduardo cubrió su torso, abrochando nuevamente su camisa. Luego le dio la espalda a McSerius  y sin variar su frío tono de voz, respondió:

-Me persigue mucha gente, Jhon. No puedo quedarme mucho tiempo en un mismo sitio. Es una buena razón para haber aceptado ayudarte con esto- dijo de mala gana-. Quién sabe cuantas vueltas demos.
-¿Porqué te persiguen?- preguntó preocupado el joven rubio, pues tendría que huir de los enemigos de su amigo.

Gutierrez rió sonoramente. Después le dedicó una sombría sonrisa a Jhon y concluyó la conversación:

-No quisieras saber cuánta gente me busca, y menos aún por qué.

Luego dio media vuelta y siguió avanzando entre los matorrales.

-Vamos, ya no nos falta mucho.

Jhon mostró un rostro turbado, preocupado por su porvenir. Luego se fue tras su amigo.



Varias horas más tarde, cuando se acercaba el crepúsculo, se encontraban frente al hogar de Eule. Jhon se sorprendió, pues desde que sus compañeros le llevaban de visita, llegaban a moradas cada vez más lúgubres y misteriosas. La de Eule consistía en un túnel subterráneo cuya entrada se encontraba bajo un árbol enorme y oscuro. La puerta, cuya forma era más semejante a un triángulo que a un rectángulo, estaba tallada en madera del mismo árbol y no tenía pomo. Eduardo observó el rostro asombrado de Jhon y sonrió, le dijo:

-Se hace lo que se debe, porque se puede.

Avanzó hasta la puerta y Jhon lo siguió, apresurado. Gutiérrez no golpeó la madera, sino que la acarició suave y lentamente durante unos segundos, entonces dio un paso atrás y ésta se abrió hacia dentro. Al ver el oscuro interior del lugar, McSerius tragó saliva, y Eduardo nuevamente sonrió.

-¿Seguro de que se encuentra aquí?- preguntó Jhon, al observar las telarañas que reveló el movimiento de la puerta.
-¿Qué? ¿Tienes miedo? - le cuestionó burlonamente su compañero y guía. Jhon respondió viéndolo seriamente-. Vamos.

Uno tras el otro se adentraron en la casa-cueva, cuya entrada se cerró de golpe, volviéndola tan negra como la noche más fría. No podían ver absolutamente nada, la oscuridad era total. Jhon revolvió apresuradamente en su bolso, buscando su vieja pero confiable linterna, pero antes de encontrarla, una voz quebradiza y aguda le heló los huesos:

-Quieto, jovencito. No te atrevas a encender eso que buscas.
-¡Eule- exclamó Gutiérrez-! Tanto tiempo... había olvidado tu viperina voz.
-Eddie, querido, no has cambiado en nada. Sigues siendo mi ternurita.
-¡Oh, vamos! No empieces anciana.
-También eres bastante cortés, ¿no? - interrumpió Jhon, susurrando.

La voz quebradiza rió socarronamente, lo cual preocupó ligeramente a McSerius.

-Tu amigo te conoce bien- y rió un poco más, antes de empezar a toser de forma enfermiza.
-Vamos Eule, ¿al fin te afecta la edad? Ya era hora. Hace como cincuenta años que es hora- dijo Eduardo y rió fuertemente.
-Si tu amable actitud sobrevive un minuto más, te mostraré lo que he aprendido en esos cincuenta años. Y te advierto que no te gustará- añadió la voz quebradiza, en tono jovial y juguetón, aunque preocupante. Luego tosió un poco más.

Eduardo rió también, y luego dijo:

-Está bien, anciana, tú ganas. Pero déjame encender una cerilla aunque sea, será suficiente para nosotros.
-Enciende una vela si así lo deseas. ¡Atrapa!

Jhon escuchó el suave palmeo de Eduardo al sujetar un objeto que cruzaba el aire, luego vio una pequeña llama a su lado y acto seguido la luz de un velón rojo. Tras eso, pudo distinguir el rostro de Gutiérrez, y finalmente el interior del hogar de Eule. Largas y gruesas raíces salían del techo-que no era más que tierra- algunas de las cuales llegaban hasta el suelo, que estaba a aproximadamente dos metros del techo. Jhon se sorprendió de no haberse golpeado con nada al entrar. A su alrededor no habían muebles, sino tres rocas de distintos tamaños: una de ellas servía de silla, las otras dos de mesa. La mesa más grande estaba al otro extremo de la morada (que en total no medía más de quince metros cuadrados), y tras ella estaba sentada la anciana, en un enorme trozo de raiz sobresaliente. Eule tenía el aspecto de una mujer de más de cien años, alta, pero encorvada, con una constitución física que era apenas poco más que huesos y piel. Sin embargo su cabellera, blanca y frondosa, llegaba hasta el suelo y era muy abundante. Llevaba también una trenza, sostenida con una varita, como el cabello de Eduardo padre. Su rostro, arrugado y pálido, no mostraba ninguna expresión. Su boca era fina y su nariz perfilada. Sus ojos estaban cerrados. Sin abrirlos, se apoyó en un deforme y desgastado bastón, bajó de la raiz y caminó muy lentamente hacia los jóvenes, tambaleándose.

Cuando Jhon la observó de cerca se dio cuenta de que su largo vestido gris estaba cubierto de telarañas, al igual que sus extremidades. La anciana se detuvo frente a Eduardo y sonrió. Luego dijo:

-Saludarás a tu padre de mi parte cuando le vuelvas a ver, Eddie.
-Claro que sí, yaya.

Luego avanzó hacia el hombre rubio, deteniéndose esta vez a poco centímetros de su rostro. Jhon percibió su aroma a hierbas secas, moho y tierra. Sintió como si Eule le estuviera observando cuidadosamente, sólo que ella no había abierto sus ojos aún.

-Disculpa que no abra mis ojos, es que estoy ciega. ¿Así que Jhon Anes McSerius, eh?

Jhon retrocedió un paso, ante el fuerte aroma a muerte que despedía la anciana. Ella sonrió con más afecto y luego movió lentamente la mano que tenía libre frente a los ojos del joven, como si saludara a alguien en la distancia. Tras esto, añadió:

-Joven, pero no demasiado. Cabellos amarillos, ojos claros. Lindo rostro. Buena contextura. Muy enérgico. Ligeramente agitado. Muy preocupado ¿es por mi aspecto? No, parece que no. A ver... Casado con Alice M. McSerius, también de cabello y ojos claros. Muy hermosa, ¿cierto? Es una mujer joven también. Y... Oh, ya veo: Jhon F. McSerius, tu hijo. El pequeño Jhony. Alegre y juguetón. Es una lástima.. Sí, es una lástima.

Jhon, que permanecía quieto, debido al asombro, dio un paso adelante al escuchar el nombre de su hijo, y abandonando su calma, preguntó en voz alta, fuerte y clara:

-¿Qué sabe de él? ¿Dónde está? ¿Se encuentra bien?
-Tranquilo muchacho- dijo la anciana, sin sonreír-. Tomen asiento, hay que hablar sobre el nene.




BlackJASZ

sábado, 17 de septiembre de 2011

Pueblo de Cultos - Capítulo 0 (+ links)

Pueblo de Cultos:



Pueblo de Cultos es una novela original de BlackJasz (Jesús Alberto Serrano).

Narra la historia de Jhon McSerius, cuyo hijo único es cruelmente secuestrado por un grupo adepto a una "religión" poco conocida, peligrosa y radical. Los fines por los que el pequeño niño fue secuestrado son confusos, por lo que el joven padre deberá apresurarse si quiere rescatar a su muchacho. Y él está dispuesto a lo que sea por recuperar a su hijo.

Los hechos ocurren en un pueblo campestre que el protagonista y su descendiente visitan por primera vez. Tras la desaparición del chico, Jhon McSerius deberá formar forzosamente alianza con un sujeto violento que apenas conoce y un peculiar animal. La historia de cada uno es aún más oscura que los bosques en los que deberán adentrarse para encontrar a Jhony.

Muchas muertes violentas, hechos misteriosos, criaturas poco comunes y cultos oscuros rodean a los protagonistas de esta historia de terror y acción, que helará el corazón de más de un lector.



Resumen y Personajes (Caps 1-18):

P.D.C.

Lista de Capítulos:

Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21





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