viernes, 12 de septiembre de 2014

Cultura General - La Odisea: Una Pequeña Mirada A Sus Personalidades

La Odisea: Una Pequeña Mirada A Sus Personalidades
Comparación entre el poema épico y una película.

   Es conocido por muchos el poema épico que narra la historia de Odiseo, ese que el gran Homero plasmó para siempre, con todas las aventuras y desventuras de su protagonista y sus seres queridos. Igualmente, entre las diversas representaciones de La Odisea, se puede señalar la película del mismo nombre[1]. El presente texto pretende analizar algunos de los personajes más importantes que aparecen en ambas obras.

Portada de la película analizada.

Odiseo, el del retorno

   El rey de Ítaca, Odiseo, es el héroe protagonista en ambas obras, en las que muestra ciertas características aunque sólo exhiba algunas de ellas en alguna de las dos versiones.

   Una de las similitudes del personaje entre la película y el poema es que Odiseo deseaba fervientemente retornar a Ítaca. Esto se debe a que extrañaba su patria, su familia, y su vida antes de la guerra. Fue capaz de enfrentar todos los peligros que se le presentaron, con fuerza y astucia y de abandonar placeres y comodidad por el amor a su familia. Fue prisionero de Calipso, la diosa que le retuvo, llorando día tras día, aun cuando la deidad le ofreció su amor, su cuerpo, la inmortalidad, comida, bebida y demás bienes y placeres (eternamente), pero él siempre anheló volver a Ítaca.

   En ambas versiones se mostró además que Odiseo era labriego, siendo capaz de realizar tareas ajenas a un rey (como la construcción de la balsa con la que partió de la isla de Circe), pues se trataba de un sujeto trabajador y esforzado, ganándose así  lo que requería y deseara, a diferencia de los pretendientes (de los cuales se hablará más adelante).

   También el ingenio del héroe fue ilustrado en ambas obras. Engañó al cíclope Polifemo al convencerlo de que bebiera el vino puro, al identificarse inicialmente como "nadie" para armar su conocida treta, y también evitó que sus compañeros asesinaran al cíclope pues nadie hubiera sido capaz de mover la roca gigante que le servía de puerta a la cueva. Incluso en la película se le muestra razonando que Hermes fue quien convenció a Calipso de dejarlo ir. Aunado a esto, en ambas versiones se le atribuyó la brillante y exitosa idea del famoso caballo de Troya. También en ambas sufrió por sus escasas imprudencias: al haberse metido en la misteriosa cueva para aprovecharse del don de la hospitalidad y más adelante al revelarle al herido cíclope su nombre real.

   Sin embargo, existen varias diferencias entre el Odiseo de Homero y el de Hallmark Entertaiment. En el poema se muestra un Odiseo piadoso, que escuchó durante la matanza a todo el que le hablara (al igual que en la película), sin asesinar a quien no hizo mal o quien lo hizo sin intención (el aedo y el heraldo Medonte, que cuidó de Telémaco), pero en la película su sentido de justicia implacable le llevó a más dificultades y le alejó de ser piadoso con sus tripulantes: al encontrar granos en el barco, se los niega a sus compañeros ya que ellos “actuaron solos” al abrir el saco de Eólo, por lo que ya les había gritado múltiples veces que lo traicionaron. Esto los llevó a la cruel Circe.

   También en el poema se muestra más ingenio por parte de Odiseo, pues le miente a Alcínoo (rey de los feacios): al principio no  le revela su nombre, pero al demostrar que es un sujeto impresionante, revela su identidad (cuando además ya está seguro, pues miente varias veces a distintas personas para ser precavido). De igual manera se trataba de un hombre muy curioso, lo cual no se demuestra en suficiente medida a lo largo de la película pues, justamente por ser tan curioso, terminó afrontando peligros como el que les ofreció Polifemo.

Polifemo en la película.

   Otra diferencia es que en la película Odiseo piensa volver a casa desde la isla de Circe por motivación propia al darse cuenta del tiempo perdido, a diferencia del poema, en el que se lo pide la tripulación, tras largo tiempo anhelando llegar a Ítaca (nótese que Odiseo le fue infiel a Penélope en las dos versiones).

   Es interesante señalar que en el poema Odiseo conserva siempre su carácter aguerrido, lo cual se demuestra al final de último canto del poema, cuando vuelve a arremeter contra parte del pueblo (parientes de los pretendientes que buscaban venganza), pero Zeus le detiene señalando que es tiempo de hacer las paces. También en el poema se revela su carácter jocoso, engañando a su padre Laertes sólo por gastarle una broma (bastante cruel).

   Aparte de lo ya mencionado, se pudiera hablar mucho más de Odiseo, su personalidad y sus características, pero el texto se haría demasiado extenso, por lo que se presenta a continuación el análisis de otro personaje.

Telémaco, el incomprendido hijo del héroe

   En la primera parte del poema, Telémaco debe demostrar que es digno hijo del divinal Odiseo, que ya es un hombre y que es capaz de darse a conocer y respetar. Gracias a la influencia de Atenea, convoca al ágora y le declara a su madre que parte de los asuntos que les aquejan son sus asuntos, con los que comienza a posicionarse como el hombre que debe ser. Sale de su tierra a buscar noticias de su padre (para darse a conocer) y a pesar de que esto representa un peligro, demuestra su valor. Parte consiguiendo una nave y tripulación, a escondidas de su madre para no hacerla sufrir de más y de forma secreta para tener mayor ventaja, todo esto muestra un Telémaco maduro e inteligente. Posteriormente, logra evadir la emboscada de los pretendientes y consigue junto a su padre ajusticiar a muchos de ellos. Telémaco logra demostrar en el poema quién es en realidad.

   Sin embargo, en la película tiene varias actitudes, pensamientos y decisiones que le hacen y le muestran diferente al Telémaco del poema. Convoca el ágora obedeciendo las palabras de su madre, teme fuertemente salir de Ítaca, consigue el barco con el apoyo de los mismos pretendientes y es poco lo que consigue con su viaje. Durante el ágora comienza a hablar elocuentemente (pero cuando alguien más indica que le escuchen), sin embargo hacia el final de la asamblea aparenta ser más bien un joven malcriado y hasta temeroso. El pueblo no lo ve como el hijo del héroe Odiseo y los pretendientes tampoco lo manifiestan como una amenaza tan declaradamente como en el poema. Sólo su madre parece respetarlo como hombre (aunque no es algo que ocurra siempre, como se explicará a continuación).

   Una diferencia curiosa entre el poema épico y la película es el asunto que implica al arco de Odiseo. En el poema no se hace alusión al arco hasta que se narra que será parte de la prueba de Penélope, pero en la película se muestra repetidas veces, siendo siempre Telémaco quien lo sostiene e intenta armarlo (en un esfuerzo por demostrarse a sí mismo que ya es un hombre y que está a la altura de su padre). Sin embargo, nunca logra hacerlo, al igual que en el poema. Telémaco, más que sufrir la ausencia de su padre, pareciera padecer por no sentirse capaz de llenar el vacío que el rey dejó, pareciera doblegarse ante la presión social de tener que ser un digno hijo de Odiseo, y usar esto para echar a los pretendientes de su casa.

   Siempre sufre por sus bienes y todo aquello que los pretendientes destruían y consumían, pero se le muestra con un grado de frustración e incomprensión mucho mayor en la película que en el poema, donde a pesar de las dificultades y de los retos, se mostraba más firme y decidido.

   Aun así, existe en la película un momento en el que se le permite demostrar sus valores cuando le retan a pelear y probar que es un hombre. Sin embargo pierde contra el pretendiente, quien luego busca tentarlo para que le ataque a muerte (dándole una excusa para asesinarle), pero controla su ira y sus impulsos gracias a las palabras de Odiseo.

   Finalmente se pueden mencionar varias semejanzas: demuestra amor por su padre al reconocerlo, confía en que es él en verdad, lucha fieramente a su lado, se preocupa por su madre y los bienes materiales y finalmente intenta armar el arco y disparar adecuadamente la flecha cuando toma su turno en  el reto de Penélope, aunque Odiseo en ambas versiones le detiene porque no conviene que lo logre (pues de lograrlo, hubiera mantenido el trono en sus manos  y expulsado a los pretendientes de su hogar, evitando así  la venganza).

Ilustración de Telémaco.

Penélope, la paciente

   La literatura clásica le ha dado a Penélope celebridad por la fidelidad que le guardó a Odiseo durante veinte años. Esa fidelidad tan famosa se mantuvo tanto en el poema como en la película. Pero ésta no fue la única característica de la reina de Ítaca.

   Lógicamente, una película (o miniserie) de aproximadamente tres horas de duración nunca será capaz de plasmar perfectamente todos los detalles que posee un gran poema épico, sin embargo el lector podría esperar que al menos la esencia de los personajes se respeten. Si bien el personaje de Penélope comparte varios (e importantes) rasgos en ambas versiones, hay muchas cosas en las que difieren.

   Penélope, la de la espera, es siempre paciente a la llegada de su marido, tanto en el poema como en la película. En ambas versiones cumple con la petición que le hace Odiseo antes de partir: “así que notes que a nuestro hijo le asoma la barba, cásate con quien quieras y desampara esta morada”, aguardando a la llegada de su esposo, aprovecha cada oportunidad que tiene para evitar una nueva boda, siendo la más famosa la artimaña del sudario de Laertes.

   En ambas versiones la mujer teje la mortaja prometiendo que al terminarla tomará a alguno de los pretendientes por esposo. Sin embargo, en el poema se señala claramente que es para Laertes, mientras que en la película, por efecto del tiempo limitado, el padre de Odiseo jamás es mencionado. Noche tras noche la reina se dedica a deshacer lo tejido durante el día, hasta que en ambas obras es descubierta y delatada por una de sus esclavas. La treta logró funcionar por bastante tiempo, pero no por el suficiente. Otra herramienta que utilizó para retrasar la boda fue la selección de la prueba o reto por su mano: quien armara y disparará el arco de Odiseo de la mejor manera sería digno de desposarla, algo que ella decidió sabiendo que aquellos miserables pretendientes no podían llenar los zapatos de Odiseo, que no podrían vencer en el juego propuesto.

   Otro punto interesante de comparar es que la madre de Telémaco en el poema siempre negó a todos que Odiseo volvería, aunque internamente siguiera siendo paciente e hiciera de todo  por evitar la boda, como ya se mencionó anteriormente, en cambio en la película ella seguía siendo paciente, pero a quien le tocara el tema le decía que ella sabía que Odiseo estaba vivo y que volvería, llegando incluso a gritarlo un par de ocasines.

   Pero este no es el único detalle al respecto, pues otra diferencia es que en la versión audiovisual Penélope llega a tener presentimientos de que Odiseo está cerca: por ejemplo, cuando comparte uno con la madre de Odiseo, que el hombre está llegando a Ítaca, justo antes de que sus compañeros abrieran el saco entregado por Eolo. Incluso ellas sienten los vientos liberados y hasta ven el barco alejarse, pero nada de esto ocurre en poema.

   Es interesante observar cómo tanto en el poema como en la película Penélope respeta cada vez más a Telémaco como el hombre de la casa y cómo, poco a poco, ella deja de verlo como un niño, a la par que el personaje evoluciona.

   Algo que criticarle al guionista y al productor de la película es que Penélope se mostró mucho menos prudente en esta versión que en el poema, ya que en este último, al escuchar que Odiseo había llegado y asesinado a los pretendientes, ella se niega a creerlo, y aún al encontrarse cara a cara con su esposo tras la matanza se mantiene de cierta manera fría y distante, llegando a probar y evaluar a Odiseo para que éste le confirmara aquello que ella anhelaba fuera cierto. El propio Odiseo le reclama esa actitud en su desesperación por ser reconocido, pero con su ingenio y sus recuerdos logra demostrarle a la mujer quién es en realidad. Muy contrariamente, en la película ella sale corriendo a ciegas a echársele en brazos al enterarse de lo sucedido, confía plenamente y le recibe como Odiseo, sin la prudencia demostrada en el poema.

   Finalmente, hay un último detalle de la película que no puede pasarse por alto: es Penélope quien incita a Telémaco a convocar el ágora. Esto no ocurre de esta manera en el poema, en el que Atenea le dice a su padre: “instigaré vivamente a su hijo (refiriéndose a Telémaco) y le infundiré valor en el pecho para que llame al ágora a los melenudos aqueos”. Es de notar entonces que Penélope guía más a Telémaco en la película que en el poema.

   Quisiera señalar además que en mi opinión la representación de Penélope no fue como la que imaginé durante la lectura del poema. Si bien ella fue paciente en ambas versiones, no me pareció que la representación de su personalidad  fuera acertada.

Los pretendientes, las plagas griegas

   Para el joven Telémaco y su madre los pretendientes eran huéspedes, y por ello los respetaban, pero además eran una plaga, tanto en la versión escrita como en la audiovisual. Los múltiples sujetos fueron abusadores, pues se aprovecharon del don de la hospitalidad hasta que les llegó la muerte violenta (pero justa). Son personajes de gran importancia en sus pueblos, sujetos respetados por muchos, pero también eran soberbios, cretinos, flojos, maleducados, miserables y, por supuesto, abusadores (en todos los sentidos posibles). Comieron y bebieron a sus anchas de los bienes ajenos, se aprovecharon de la hospitalidad de la reina y del príncipe, violaron y sedujeron a varias de sus esclavas, se mofaban de Odiseo y le irrespetaban (cuando éste se mostraba como un pordiosero) y exhibieron toda clase de comportamientos despreciables en ambas versiones, mientras descaradamente pretendían casarse con la reina. Se rehusaron a marcharse (ante los presagios en el poema y ante las palabras de Telémaco y Penélope en ambas versiones) e incluso convencieron al ágora de que tenían derecho de mantener sus actitudes e intenciones. Afortunadamente, en ambas obras les llegó la justicia.

   Como detalle interesante cabe destacar que eran muy superiores en número en el poema que en la película, pudiendo defenderse (un poco) en la versión e Homero, mientras que Atenea les hacía fallar a ellos y acertar a Odiseo y sus compañeros.

Dioses, deidades y otras criaturas de interés

Ilustración de Escila y Caridbis.

   Hay un fuerte contraste en cuanto al papel y la participación de las criaturas y seres divinos en ambas versiones. Si bien en el poema las deidades influyen muy amplia y recurrentemente en las acciones y pensamientos de los mortales, en la película aparecen pocas veces y participando e interviniendo mucho menos que en la versión de Homero.

   Esto curiosamente ocurre a pesar de que en la película lo que pretende Poseidón es que Odiseo aprenda que sin los dioses, los mortales “no son nada”. En la versión audiovisual el héroe padece por haber retado a los dioses en varias ocasiones: ignora el hecho de que la serpiente de Poseidón devora al adivino Laocoonte cuando éste sugiere que no confíen en el caballo, tras vencer grita a los mares que fue él quien venció a Troya, que no necesita de los dioses y además se causa más problemas con el mencionado tío de Atenea al cegar a Polifemo (el hijo de Poseidón) y revelarle quién le causó tal daño  como ya se conoce.

   Sin embargo Poseidón en el poema le causa la mayor cantidad de problemas que puede, debido a que precisamente su hijo le rogó que lo vengara, es decir, sólo el último punto en el párrafo anterior es compartido en ambas versiones.

   Las personalidades e intenciones de Circe y de Calipso se mantienen semejantes en ambas versiones (aunque en lo personal, la diosa Circe y mucho de lo que ocurrió en su isla difieren de lo que esperaba tras haber leído el poema). También el aporte y la ayuda de Hermes se conservaron al llevar el poema a su versión audiovisual (Hermes aparece para ayudar a Odiseo a vencer a Circe y conseguir la liberación de sus compañeros. También aparece luego para convencer a Calipso de que deje al héroe partir).

   Atenea ayuda a Odiseo y a Telémaco, aunque de una manera menos participativa. Por ejemplo, en la película no ayuda al héroe y a su hijo directamente en la matanza de los pretendientes, como ya se conoce. También es de destacar que en la película se muestra casi siempre con su propio aspecto, cosa que en el poema lo hace sólo en situaciones muy específicas. En la película Atenea tampoco le ayuda a Odiseo a ser exitoso en Feacia, ni cubre nunca a Odiseo con niebla, aunque hereda del poema su capacidad transformadora y su influencia sobre el destino de Odiseo. Esta diosa no muestra en su representación la picardía que tiene en el poema, en el cual tras presentársele a Odiseo (recién llegado a Ítaca) se divierte por el hecho de que el hombre le miente “incluso a los dioses”, producto de su ingenio, desconfianza y prudencia, atributos valorados fuertemente por la diosa (sobre todo el ingenio del héroe).

   En la película nunca se muestran el ágora de los dioses y la opinión que comparten de que Odiseo merecía llegar a su casa y terminar con su tristeza (exceptuando la opinión Poseidón). Zeus ni siquiera aparece explícitamente, pues sólo se le menciona cuando su mensajero Hermes aparece para ayudar a Odiseo. Tampoco se menciona a Helios ni a sus vacas.

   Otro detalle a mencionar es que Eolo ayuda a Odiseo en ambas versiones, pero por razones distintas. En el poema busca ayudarlo por su naturaleza benigna y como fruto de su bondad, sin embargo en la película le ayuda para vengarse, en cierta forma, de Poseidón (por ser “un abusivo, arrogante y egoísta”, según lo describe el propio Eolo). Además el personaje es mostrado muy alegre y bromista en la película, mientras que en el poema lo mencionan con cierta seriedad.

   En cuanto a las criaturas que menciona Tiresias, se tiene que Escila y Caribdis poseen representaciones en la película bastante trabajadas para la época, ajustadas al poema,  mientras que las sirenas sólo aparecen en la versión de Homero.

   Finalmente, en la película Odiseo menciona mientras es llevado a Ítaca por los feacios, que estos le llevaron, pero que sólo Poseidón le permitió llegar, según Odiseo: para que “reflexionara sobre sus palabras”, refiriéndose a una conversación que sostuvo el héroe con el dios mientras que le complicaba el viaje al hombre.  La mencionada discusión sólo tiene lugar en la película, pues en el poema Poseidón busca castigar a Odiseo (y a los feacios por trasladarlo), situación que es controlada por Zeus. La reflexión de Odiseo sobre las palabras del iracundo dios causa en la paz entre ambos personajes en la película, cuando Odiseo concluye lo siguiente: “entendí que sólo era un hombre en el mundo, nada más y nada menos”, pero en el poema se explica que dicha tregua sólo se alcanzará cuando Odiseo plante un remo en un sitio donde la gente no lo reconozca, y por lo tanto no sepan del mar.

   De todo lo explicado anteriormente se puede inferir que, además de modificar la personalidad de los protagonistas, la película prácticamente elimina o desplaza lo divino y da lugar a lo laico, siendo lo “humano” lo protagónico, aunque con cierto grado de respeto al entorno, a la identidad de los dioses y al contexto en que se desarrolla la historia.



BlackJASZ




[1] La Odisea. Dir. Andréi Konchalovski. Hallmark Entertainment, 1997.
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