miércoles, 9 de diciembre de 2009

Pueblo de Cultos - Capítulo 14

Los presentes se acomodaron en sus puestos. Todos de piedra y dispuestos frente al dueño del lugar, esperando pacientemente a que éste dijera algo más, pero Gutiérrez se limitaba a ostentar su misteriosa sonrisa.

-¿Qué sabe usted de mi hijo?- le preguntó Jhon, angustiado.
-Probablemente lo mismo que tú, y un poco más.
-Eduardo- dijo la anciana-, La Salamandra Negra...
-... de Ojos Dorados-completó el hombre mayor-. Sí, lo sé.
-¿Qué demonios es la Salamandra Negra de Ojos Dorados?- se quejó McSerius- Ya estoy harto de eso...
-Hijo-le contestó Gutiérrez-, ¿eres religioso?
-Más o menos. Pero, ¿qué tiene que ver?
-Mucho más de lo que crees, joven. ¿Alguna vez te contaron la historia de "El Negro Convento"?
-No.
-¿Nunca has oído el "Cuento de los Hermanos Taylor"? Que no es ningún cuento por cierto.
-No.
-¿Y sobre "Draamen de La Noche y las 64 Estrellas Oscuras"?
-No... ¡Y basta de preguntas extrañas! Explíquese.


El anciano se rió con estridencia. Dennis permanecía en silencio, sin expresión alguna en su rostro. Clarisse estaba atónita, observándolos a todos con curiosidad.

-"El Negro Convento" era precisamente eso- explicó el hombre mayor-. Los que lo habitaban fueron ahuyentados (o eliminados) por un demonio terriblemente poderoso. Atormentaba a los frailes que allí convivían, haciendo imposible su estancia allí. Su fuerza era inmensa gracias a que en el lugar había un modesto cementerio. Nadie pudo sacar aquel oscuro espíritu de aquel lugar. Dicen que era una bestia gigante llamada Obelisco, enviada por un hombre poderoso llamado...
-Déjeme ver si entiendo- interrumpió Jhon-. Un tipo se molestó con un grupo de frailes y les envió un demonio para que les arruinara la vida, ¿no?
-Exacto.
-Claro... Suena muy... real- dijo Jhon con sarcasmo y algo de rabia. Su rostro sorprendido se torno irónico y molesto.

Eduardo comenzó a reír una vez más, pero sonaba aún más maléfico. Los demás sólo le observaban sin decir nada. Entonces habló de nuevo:

-Es por eso que te pregunté si eras religioso. No puedes creer en estas cosas, ¿cierto?
-No- dictaminó el empresario-. Y suponiendo que le creyese, ¿qué tienen que ver estas historias con la Salamandra? ¿O con Jhony?
-Los hermanos Taylor eran poderosos miembros de La Serpiente Roja, Draamen de La Noche lideró la Salamandra Negra de Ojos Plateados, y Zauber, el amo de Obelisco, fue el más poderoso líder de La Salamandra Negra de Ojos Dorados.
-¿De modo que todas esas son organizaciones?- preguntó Jhon.
-Más que eso. Son cultos- explicó el anciano-. Cultos ocultos.
-Creo que todo esto carece de sentido alguno- se quejó el joven.

Por tercera vez, Gutiérrez rió maliciosamente.

-Eres libre de creer lo que quieras- exclamó Dennis
 en tono frío, que había permanecido en silencio total hasta entonces.

Jhon la observó a los ojos y comprendió que lo decía seriamente. Al empresario jamás le había parecido tan cuerdo el rostro de aquella mujer, así que le dijo al dueño de la cueva:

-Prosiga.
-Bien. Estos cultos, aunque mantienen un número constante de seguidores, se expanden lentamente por el mundo, y donde llegan dejan marcas siempre. Usualmente rastros de muertes y desapariciones extrañas. De alguna manera Jhony se vio enlazado en todo esto.
-¿Qué insinúa?- exclamó Jhon con una mezcla de terror e ira.
-Cálmate muchacho. Aún no sabemos qué sucedió con él, pero definitivamente está relacionado con La Salamandra Negra de Ojos Dorados.
-Basura. ¿Qué significan todas estas palabrerías?
-Significan que si quieres saber qué sucedió con tu hijo, tendrás que formar parte de todo esto, unirte a este embrollo, y llegar al fondo, seguir nuestros pasos. Seguir sus pasos.
-No quiero saber nada sobre salamandras, serpientes, monos, gusanos o cualquier otra estupidez que se les ocurra- declaró Jhon, enojado con lo molesta que se había vuelto la conversación.
-Únete a un culto u olvida a tu niño. Es todo lo que te puedo decir.
-¿Cultos ocultos, alimañas? gente loca. ¡Ustedes están dementes! Ni siquiera sé qué hago en esta cueva. ¡Basta de tantas tonterías! Me largo.

McSerius se levantó y se alejó rápidamente. El resto de los presentes permanecieron en su lugar, en silencio. Sólo se escuchaba el susurro del riachuelo y los ausentes pasos del hombre. Por varios minutos nadie dijo nada, luego Dennis habló:

- Se le pasara pronto. Es joven. No es extraño que reaccione así.
-No- contestó el anciano-. Le impactó la idea de que su hijo pudiese estar muerto. Además, el hecho de que todo esto sea nuevo para él, no ayuda.

Nadie se movió, sólo el agua les hablaba.

-¿Y tus hijos?
-Ya conoces las andanzas de Fernando. Pero de Eduardo Jr. no he sabido nada en años.
-¿Desde que se fue de casa?
-Exacto.
-Pero aún permanece en el pueblo. Le vi de lejos hace un tiempo.
-Eso es problema suyo. No me interesa qué le suceda.
-Me imagino que no. Bueno amigo, nosotras nos vamos entonces.
-¿No me permiten que les brinde algo primero?
-No, gracias. Estamos bien.
-Excelente.

Y como si estuvieran al tanto de que ya no servían para nada, las inusuales antorchas se apagaron a la vez, por su propia cuenta.









BlackJASZ

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