La luna ya se estaba escondiendo pero aún iluminaba el campo, aunque muy levemente. Jhon McSerius apreciaba la escasa luz que ésta esparcía en algunos rincones del bosque, porque su linterna ya no funcionaba. Un pequeño claro se encontraba entre él y aquella figura oscura que no lograba distinguir pero que se acercaba muy lentamente hacia la luz. El joven tan sólo la observaba mientras avanzaba poco a poco, estaba aterrado y no podía moverse, ni siquiera parpadeaba.
Una gota de sudor frío recorrió la frente del hombre, cayó por su nariz y se alojó en su pecho, donde muchas otras gotas de temor le hacían compañía. La neblina se apoderó rápidamente del bosque, pero McSerius no se fijaba en ese detalle, toda su atención se concentraba en la sombra andante. Pero lo que los ojos de Jhon vieron cuando ésta se asomó en la penumbra fue más hermoso que lo él que esperaba: una muchacha muy joven, de grandes pechos y perfecta figura se le aproximaba. El hombre permaneció quieto, estaba muy sorprendido por haber encontrado una mujer tan esbelta en medio del bosque nocturno. Ella se le aproximó más y más, hasta que ambos distinguieron el rostro del otro. La chica que siempre lo vigilaba desde lo oculto estaba frente a él.
-¿Quién eres?
Ella no respondió. Sólo se limitó a contemplarlo.
-¿Quién eres y porqué estás aquí, en medio de la nada?
La joven no contestaba a sus preguntas. Jhon se le acercó un poco más y se fijó en sus ojos, que eran más oscuros que la noche. Ellos reflejaban tristeza y mucho dolor, pero había algo más en ellos, algo que no alcanzaba a identificar. La mujer se acercó un poco más al hombre. Estaban tan próximos que la respiración de ella acariciaba el húmedo pecho de él. McSerius estudió el rostro de la muchacha, le recordaba mucho a su esposa Alice.
-Por favor, dime tu nombre.
La muchacha no dijo nada, pero levantó una mano y le acarició la mejilla derecha al joven. Su rostro no tenía expresión alguna. Jhon le tomó la mano y se arrodilló ante ella, luego abrazó sus suaves piernas y comenzó a llorar. La mujer no sabía porqué estaba tan afligido, sin embargo derramó una lágrima y dejó que el hombre sufriera en silencio mientras se aferraba a sus muslos.
-Alice, nuestro hijo...- dijo Jhon minutos después a su esposa, quién no se encontraba allí- No lo encontré Alice... Debe estar asustado en algún lugar oscuro ¡pobre pequeño! Lo siento mi amor, lo siento...
Así pasaron varios minutos, y el cielo palideció sobre ellos. Finalmente Jhon soltó a la mujer y ésta se sentó. Ambos se miraron a los ojos, los de ella eran profundos y brillantes, y los de él preocupados y cansados.
-¿No me vas a decir tu nombre?
La mujer siguió sonriendo, en silencio.
-Está bien. De todas maneras me presentaré. Mi nombre es Jhon McSerius. Soy un empresario que vino a estas tierras a descansar por un par de semanas. Ayer desapareció mi hijo y no lo he podido encontrar. ¿Le has visto? Es un niño pequeño, idéntico a mí.
La joven ya no sonreía, pero tampoco le contestó al hombre.
-Por favor, dime si lo has visto. ¡Es muy importante!
La chica no se movió.
-Es inútil. Seguramente eres muda. Fue un placer conocerte, misteriosa mujer. ¡Me largo de este endemoniado bosque!
McSerius se levantó y cumplió con lo que había dicho. Ella le observó mientras se marchaba y le siguió.
-No me persigas más.
Ambos continuaron avanzando hasta salir al campo abierto. De alguna manera, Jhon había vuelto a la finca. Al ver que la mujer permanecía tras él, le gritó:
-¡DEJA DE SEGUIRME! ¡ESTÁS LOCA!
Ambos siguieron caminando hasta llegar a la entrada de la casa. El hombre entró y le cerró la puerta a la muchacha justo antes de que ésta le alcanzara. Dennis se acercó a él y le preguntó:
-¿Qué sucedió?- sus ojos estaban rojos, era obvio que había pasado la noche en vela.
-Nada.
-¿Y el niño?
Jhon negó con la cabeza, señalando que no lo había conseguido. La anciana comprendió su dolor y le abrazó unos segundos.
-Vayamos al mercado y preguntémosle a los vendedores- sugirió la mujer-, capaz le han visto corriendo por ahí.
Cuando salieron de la casa vieron a la chica que persiguió a Jhon. Seguía parada frente a la puerta, como si hubiera estado esperándoles.
-¿Clarisse?- preguntó Dennis- ¿Qué haces aquí parada, mi amor?
-¿Clarisse? ¿Así que ése es tu nombre?- susurró McSerius.
-¿Dijiste algo?- preguntó la mujer mayor.
-No, anciana.
-Señorita- le corrigió Dusserhoff-. ¿Clarisse te encuentras bien?
Como de costumbre, no respondió.
-¿No será muda?- preguntó Jhon.
-No, no... No lo sé. Solía hablar demasiado, pero desde hace unos días no pronuncia palabra alguna.
Dennis se acercó al hombre y le susurró al oído lo siguiente:
-Perdió a su padre y Kurt, su marido, desapareció.
-Ya veo. ¡Pobre chica!
A pesar de que secreteaban en su presencia, Clarisse les miraba con indiferencia.
-Lo siento cariño- se disculpó la mujer mayor-. Vamos Jhon, aprovechemos que es temprano.
-Sí.
Se disculparon nuevamente con Clarisse y se dirigieron al mercado. La chica les siguió y al darse cuenta la esperaron. Fue entonces cuando Dennis alzó la vista y divisó algo que no veía en muchos años. Jhon notó que la anciana tenía una expresión de espanto, así que le preguntó:
-¿Dennis, qué ocurre?
Pero ella no le respondió, en lugar de esto corrió hacía una piedra enorme que estaba bloqueando la entrada de su establo. Los dos jóvenes la siguieron. La gran roca tenía dibujaba una enorme salamandra de cuerpo negro y ojos dorados.
-¿Qué dem...?- comenzó a preguntar Jhon- Eso no estaba aquí ayer.
-La Salamandra Negra...- susurró la anciana.
-¿La qué?- preguntó el hombre.
-¡OH! ¿Jhony, porqué a ti? Rápido, vengan conmigo.
-¿Que significa esto, Dennis?
-Te explicaré en el camino- y corrió hacia la entrada de la finca. Los jóvenes la imitaron.
Minutos después habían abandonado Aguas Claras, pero ya no se dirigían al mercado.
-Disculpe anciana- mencionó Jhon-, pero creo que nos equivocamos de vía.
-No nos equivocamos de vía- aclaró Dusserhoff-. Ya no vamos al mercado, visitaremos a un viejo amigo mío...
BlackJASZ
Jesús! Tú y tus cliffhangers! Me vas a enloquecer con el suspenso!!!
ResponderEliminarJajajaja. Aparte de eso...me agradó mucho el capi! Me gustó sobre todo cuando lloró (no sé por qué exactamente, pero me gustó :P)
Muchos besos y abrazos!
JAJAJAJA esa es la intención! Sino no leen! JAJAJA
ResponderEliminarY bueno... si lees lo que el tipo decía mientras lloraba creo q será un poco más lógico: Jhon vio a Clarisse semejante a la madre de su hijo y la abrazo llorando y disculpandose porque lo había perdido.
Espero que haya sido de ayuda jejeje XD
Gracias :)
Si, entiendo por qué estaba llorando, lo que no entendía es por qué me gustaba tanto esa parte. Jajajaja.
ResponderEliminarPero creo que es porque lo hace más humano, más emotivo... o simplemente porque me agrada ver a la gente sufrir :D
Jajaja, mentira! :P
Un beso, Jisus!
AAAAHHHHH JAJAJAJAJAJA oka oka XD
ResponderEliminarEn verdad creo que es la segunda razon... XDXD
ESTO es un libro! xD muy bien negro ya sos un maestro del suspenso! awante!
ResponderEliminarGracias brother! =)
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