lunes, 10 de agosto de 2009

Cuento No. 3 - Soledad Psicodélica


"¿Por qué de repente hace tanto calor? Hace unos segundos me estaba congelando en esta mierda", pensé.

En ese momento, como proveniente de un libro que había leído hace años y que parecía olvidado, un triste recuerdo asomó en mi cabeza:

Una típica historia de novela. Un protagonista enamorado que pretendía "bajarle la luna" a su adorada. Pero ella al final se fue con otro que en realidad no la quería. ¡Se fue para que ambos terminaran sufriendo!

-¡Esas perras! Las montan en un pedestal y mira cómo responden. ¡Y se quejan de que los hombres somos una mierda!
-Caballero- me reclamó una joven, mostrándome descaradamente su desagrado-, le suplico que modere su vocabulario o tendré que expulsarlo.

La joven estaba sentada a mi lado. Parecía ingerir una bebida más fuerte que la mía y además estar mucho más sobria que yo. La miré a los ojos. Eran color miel, exquisitos.

-¿Te puedo brindar el siguiente trago?- le pregunté al tiempo que esbozaba una leve sonrisa.
-No, gracias- respondió secamente, y luego siguió en su conversación con el barman-.

"Antipática y malagradecida. Nada original esa combinación."

A pesar de aquello no pude evitar evaluarla, aunque por alguna razón no la podía ver bien. Lucía borrosa. No me importó mucho ese problema. Lindo rostro, figura esbelta, piernas hermosas. ¡Cuán bella era! Eso explicaba el porqué de su actitud.

Bebí un último trago y me fui. La noche nacía más hermosa que nunca, bendito cielo rojizo que se burlaba de mi soledad. El aire se enfriaba muy rápidamente. Mis pies andaban a ciegas: no sabía hacia dónde me llevaban, sólo dejé que cumplieran su trabajo.

Era viernes por la noche. Como aún era temprano las personas seguían circulando las calles, sumidas en su ajetreo cotidiano. Una mujer extrañamente alta pasó junto a mí, luciendo sus extraños ropajes. Tras ella venía una pequeña niña, tan extravagante como quien la precedió.

Miré hacia el cielo. Las primeras estrellas teñían de luz el oscuro manto que nos arropaba a todos. Parecían danzar, como si estuviesen jugando. "¿No se aburrirán de hacer lo mismo todos los días?"

-¡Idiota- se quejó un hombre mayor al tropezar conmigo- fíjate por dónde andas!

Aquel hombre se tambaleaba al caminar, y en su movimiento a varios atropellaba. "Otro más que baila". Reí. Que extraño reír. ¿Cuándo fue la última vez? Era algo difícil de recordar. Qué patético.

A mi lado pasó otra mujer. "Dios mío". Su cuerpo era increíblemente desproporcionado: brazos alargados, piernas cortas, demasiado delgada. Pero lo más sorprendente eran sus manos: tenían el mismo tamaño que su cabeza, o al revés.

-¿Qué tiene la gente hoy?- me pregunté en voz muy baja.

Comencé a agotarme y aún no sabía hacia dónde iba. De hecho, no sabía siquiera dónde estaba. Era como si no conociera la ciudad en la que había vivido desde mi nacimiento. La sed empezó a afectarme. "¿Dónde puedo comprar algo de beber?". Bien podría haberle preguntado a cualquiera a mi alrededor, pero cuando me dispuse a hacerlo me aterré: la gente que me rodeaba vestía ropa extraña de colores inimaginables (como si arcoiris extraterrenales bañaran sus vestimentas), sus cuerpos habían adquirido formas de todo tipo e incluso más, y sus actitudes no eran más normales: se congregaban a mi alrededor para jugar conmigo a indios que bailaban y cantaban alrededor del fuego para convocar la lluvia, porque la sequía ya los había castigado bastante. Sus miradas vacías se reían de mí y sus danzas me hacían sentir acosado.

Mis piernas no aguantaron más, así que tomé una gran bocanada de aire y me senté sobre el suelo, al borde de la acera. Nuevamente alcé la vista al cielo. Las estrellas ya no estaban allí, su madre la luna se las había llevado a jugar a otro lado. En su lugar el manto celeste estaba adornado con animales, casas, carros, juguetes, animales, árboles, frutas, animales, libros y un perro. Todos enormes y brillantemente coloridos. Todo un circo de juegos.

La "gente" me tropezaba, así que me rodé hasta apoyarme en una pared. Ellos seguían su curso natural, aunque sus aspectos eran aún más extraños. Pero al menos ya no me acosaban. Me ignoraban. Finalmente me dejaban en paz. Una vez más vislumbre el cielo (donde ya no estaban las juguetonas figuras sino un montón de apetitosas golosinas) y dije:

-Gracias por los favores recibidos, Dios... ¿o mamá? Oh, madre te prometo que no volveré a andar con esos niños, pero ya deja de golpearme.

¿Qué niños? No importaban ya. Eso sucedió hace mucho tiempo. ¿Pero qué tanto? ¿Qué hora era? ¿Cuánto tiempo había pasado desde que salí de mi hogar para tomar unos tragos anoche? No me había percatado, pero quizás habían sido días, meses o incluso años. Consulté mi reloj. Las manecillas avanzaban en direcciones contrarias a velocidades de vértigo.

-¿Alguno de ustedes podría decirme qué hora es?- pregunté con fuerza.

Sólo podía escuchar el silencio llegar a mis oídos. Mi única respuesta fueron un par de miradas acosadoras por parte de las masas coloridas que andaban frente a mí. Una de ellas se acercó y me dijo:

-Quizá sí debí aceptarte el trago.
-¡Cállate perra!- le respondí- Eres igual a todas las de tu clase.

La masa cambió de forma y colores y me dijo:

-¡Mi pequeño! ¿Qué te ha pasado?

Intenté responder inmediatamente, pero el agotamiento y la sed no me permitieron hacerlo. Inhalé un poco más profundo, aunque trabajosamente. El aire estaba helado otra vez. Mi difunta madre seguía esperando allí, inmóvil.

-Mamá, no recuerdo con qué coño me drogué, ni que bebí después. No puedo levantarme y casi no puedo respirar.

La masa cambio de forma otra vez, y soltó una carcajada con fuerza. Su risa se me hizo muy familiar. Demasiado familiar.

-Ya sabía yo que terminarías en una esquina- me dijo mi amada entre risas-, drogado y borracho.
-Cállate, infeliz.
-Tú pareces ser más infeliz que yo.
-Es tu culpa.
-O la tuya- y se rió nuevamente-.
-¿Mía? ¡Te tenía sentada entre nubes y mira lo que me hiciste!

La masa cambio de forma, transformándose en aquel imbécil que se llevó mi felicidad con mi amada. Éste se burló de mí.

-¡Fracasado!- me gritó entre risas- No eres más que un fracasado.
-Desgraciado. Si pudiera levantarme retorcería tu cuello.
-Pero no puedes, porque eres un fracasado. Mira tu estado. Qué bien te ves tirado entre la basura de esta calle.

Fue entonces desapareció la masa. Ya casi no puedo respirar. Estoy demasiado cansado y sediento. Cansado de esta vida y sediento de paz. “¿Quiero morir?” No, qué exagerado.

"¿Por qué de repente hace tanto calor? Hace unos segundos me estaba congelando en esta mierda". ¿Qué pasó con la vida de novela? ¿No debería el protagonista tener un final feliz? No veo la felicidad por ningún lado. Aunque sí veo mi final aquí entre la basura, entre las masas coloridas, entre mis sueños. Qué sueño...



Black JASZ

12 comentarios:

  1. Te quedo buenisimo chuchu!!!... n.n

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  2. Qué freaky, Jisus! Me recordó una secuencia de “It”, de Stephen King. :D

    Muy bien :)

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  3. nice work man!
    por cierto devuelveme el LSD xD

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  4. serra me gusto =D.... sigue publicando cuentos... ♥

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  5. WAAAAAAAA BIZARROOO!! como todos tus cuentos xD! aunque este es el mas normalto =) hahahahaha me gusta muchiisimo como escribees!!! sigue publicando! un besoooo, cuidate (K)

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  6. MIERDAAAAAA XD JAJAJAJAJAAJAJAJJA Chamo, pero tiene cosas que son verdad, en la primera parte jejeje Ta muy bueno, pero tiene muchos: "perra", "puta", "mierda" xD pero esta de pinga ;) Sigue escribiendoooo!!!

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  7. gracias lectores! se aprecia muchisimo sus opiniones y comentarios!!!
    M. Rivero: Coye tremendo halago que me compares con El!!! y te gusta que sea freaky? Te digo que pudo ser peor! JAJAJAJA
    Guti!: No tengo ni tuve LSD en ningun momento de mi vida! XD
    Ani, Gen: seguire haciendolo si se me permite :)
    Ysmael: solo dice perra 2 veces XD Ademas el tipo ta arrecho vale, tienes q comprenderlo XD

    Se les aprecia amigos lectores!!*

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  8. Arianna Diaz-Merry V.13 de agosto de 2009, 22:14

    waaaao de verdad muy bueno :D jeje me gustan full tus cuentos, no se tienen un trama muy bueno q te envuelve y hacen q los tengas q leer hasta el final para saber que fue lo q paso!! jaja sigue escribiendo asi! =D

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  9. Muchisimas gracias por tu comentario Arianna! :) Se aprecia!

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  10. Concuerdo con el pana que te comento en el otro cuento eres una seremenda mierda para escribir mariqueras!!!

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  11. JAJAJA kien es? guti? gabo? guille? XD No es tan dificil adivinar! JAJAJA Maricones XD

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