domingo, 29 de marzo de 2009

Pueblo de Cultos - Capítulo 9


Clarisse despertó. A su alrededor sólo habían árboles aburridos y maltratados por el tiempo. Se enderezó bajo la tenue luz del sol y fue entonces cuando sintió hambre. Se levantó y caminó hasta la finca, y al no ver a nadie en la cocina entró por la ventana. Era amplia pero ella la conocía como la palma de su mano, pues cada vez tenía más y más hambre. Abrió la alacena y tomó algo que no reconocía. Segundos después cayó al suelo y se rompió en varios trozos, la chica había escuchado a alguien gritar en algún lugar sobre ella:

-¡MALDITO!

Clarisse supo que quien había gritado era el único hombre que había en la casa, el padre de Jhony. Ella se sentía bien al verlo, pues ese sujeto le recordaba a alguien que quiso mucho, mas no sabía a quién, era un recuerdo muy lejano. Por eso le veía siempre. Mientras él comía, mientras él dormía, mientras él se bañaba. Pero en su acecho no había maldad alguna, tan sólo curiosidad y quizás algo más que no podía describir. Salió apresuradamente de la finca, no quería que la encontraran allí, husmeando. Tenía miedo. Se escondió entre los cerdos y observó al hombre en su cuarto. Desde lejos, le notó preocupado por algo y le siguió con la vista hasta que salió de la casa. La pena le hizo correr lejos, esperando que él no le viera. El joven se marchó de Aguas Claras y la chica se adentró nuevamente a la cocina. Sació su necesidad y limpió lo que había ensuciado. Era una mujer buena y dulce.

-¿Clarisse?- preguntó una anciana a sus espaldas, haciendo que se sobresaltara- ¿Qué haces aquí?

La joven dama estaba aterrada. Dio unos pasos hacia atrás, hasta chocar con una pared, y se sentó en el frío suelo.

-¿Qué te sucede preciosa? Estás muy sucia y delgada. Tu padre te estaba buscando desde hace días. Deberías volver a casa, creo que debe estar enfermo porque nadie le ha visto últimamente. Ven, siéntate aquí. Te prepararé algo de comer. Vaya susto que le has dado a Mike.

La chica se levantó y obedeció. No entendía muy bien de qué le estaban hablando pero ya no se encontraba tan nerviosa.

-¿Qué te sucedió? ¿Por qué desapareciste así?

No hubo respuesta, así que dijo:

-Al menos cuéntame cómo te sientes.

Clarisse no respondió eso tampoco. Dennis gruñó y, halándola por las ropas, la hizo levantarse para observarla mejor. Su cabello estaba revuelto y sucio, su hermoso rostro se mostraba manchado, su sutil vestimenta se encontraba rasgada y sus suaves pies se hallaban descalzos, llenos de lodo y polvo.

-Cariño, luces terrible. Anda a darte una ducha, te traeré ropa limpia en un instante.

Dennis estaba preocupada por la muchacha, porque ella solía hablar mucho. La anciana fue a buscar ropa cómoda para la joven, que tomó su baño y comió bien, así que se veía casi tan hermosa y esbelta como siempre. Dusserhoff se sintió satisfecha con eso, así que fue a revisar al niño. Como Jhony dormía tranquilamente decidió llevar a la muchacha a su hogar.

Clarisse iba de la mano de la mujer mayor, al parecer no recordaba dónde vivía. La gente del pueblo la miraba extrañada, algunos incluso se quitaban el sombrero ante su presencia. A Dennis comenzó a asustarle ese comportamiento tan singular, y pensó: "¿qué sucede con la gente hoy?".

Pronto llegaron a donde se dirigían, la casa de los Lacey se alzaba frente a ellas, pero no podían entrar. La policía no lo permitía.

-¿CÓMO QUE NO PODEMOS ENTRAR? ¡Esa es la casa de esta chica!
-Tranquilícese señora- le respondió un oficial-, nadie puede pasar.
-Esto es un abuso. Es ridículo. ¡Exijo el derecho de esta niña para entrar en su hogar!
-Tendrá que disculparnos- le dijo otro hombre-, pero nadie puede entrar aquí.
-¿Y quién demonios es usted para llegar a un pueblo ajeno para imponer reglas absurdas?
-Soy el detective Phillips Harrison. El Estado me envió porque últimamente han sucedido cosas muy extrañas en estas tierras.
-¡Explíquese!-demandó Dennis.
-Hace unos días encontraron a un hombre decapitado en el mercado, al parecer tuvo una muerte singular; la mitad del ganado de muchas fincas fue atacado en una sola noche; este señor se suicidó y revisando sus tierras hemos encontrado un cadáver incompleto...
-¡No es posible! ¡Mike no se pudo haber suicidado!
-Lo lamento mucho señora, pero debe abandonar esta zona.

Dennis comenzó a llorar y Clarisse la abrazó, estaba muy tranquila a pesar de lo que sucedía. Ambas regresaron a Aguas Claras. La deprimida anciana entró en su hogar mientras la inocente joven se despedía con un gesto y se marchaba hacia el bosque. Sus piernas la llevaron directamente a la habitación donde reposaba el niño, Jhon probablemente ya habría regresado con la medicina y hallar sano al pequeño le ayudaría a sentirse mejor. Pero al llegar arriba no le encontró donde le dejó.

-¿Jhony?



Jhon McSerius volvía a la finca. En su rostro había una sonrisa, pues su hijo se curaría pronto y regresarían juntos a su ciudad. Un gemido le hizo preocuparse al entrar. Corrió escalones arriba y entró en su habitación. El miedo le invadió luego.

-Dennis, ¿dónde está mi hijo?

Entre sollozos, y desde el suelo, la anciana respondió:

-No lo sé Jhon, no lo sé...




BlackJASZ

5 comentarios:

  1. el pibe se fue seguro con la negra... xD sigue asi

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  2. JAJAJAJA Es un niño! XD Gracias por los coments :)

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  3. mmm me encanta lo que haces aquí... relacionando temporalmente este capítulo con el anterior mediante el grito que escuchó Clarisse! xD no puedo parar de leer... me encanta como describes detalladamente las circunstancias, el ambiente y los personajes.. esa descripción me lleva a visualizar en mi mente la historia como si fuera una peli que estoy viendo! xD congrats!

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